De la jubilación a las salas del Museo del Greco

J.Guayerbas
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>El proyecto voluntarios culturales es una de las iniciativas de cuantas mantiene el Museo del Greco. Tras varios meses de formación, estos seis jubilados son los guías de un museo que en 2014 superó las 280.000 visitas.

 
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Acercarse a la vida y a la obra de Doménikos Theotocópoulos, conocer la historia del museo impulsado por Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, marqués de la Vega-Inclán, y disfrutar del arte con recorridos temáticos, la pieza del mes y otras actividades  dirigidas por el grupo de voluntarios culturales que coordina Luis Alberto Pérez, conservador del Museo del Greco.
Estas son solo algunas de las iniciativas que llevan a cabo Javier Ortega, Jesús Sánchez, Emilio Ojalbo, Pablo Redondo, Basilio Alfaro y Mariano Lozano, los seis voluntarios culturales del museo del Paseo del Tránsito. «Entendemos el voluntariado como herramienta esencial de integración de la comunidad en el día a día del museo, pero también como apoyo esencial a su funcionamiento», explicaban desde el museo para añadir que mediante los programas de voluntariado «acercamos el concepto del museo y la especificad de su colección a la sociedad».
Los voluntarios, previa formación y superar una serie de exámenes, son jubilados que dedican su tiempo libre a la cultura y al arte, a guiar a los grupos que lo soliciten, así como a los visitantes que se pasen cada mañana por el Museo del Greco a las 11,00 y a las 12,30 horas. «Tenemos dos visitas guiadas todos los días por la mañana», explican en el transcurso de un debate en torno al Apostolado del Greco que se conserva en el museo.
Y es ahí, en el debate, donde surgen ideas y propuestas para hacer del museo un espacio abierto a la sociedad y en el que todo tipo de público tiene cabida. «Tenemos visitas para los más pequeños, para adolescentes y para grupos como nosotros, de jubilados», indicaban convencidos de lo importante que es vivir la pasión por el arte para transmitir al visitante quién era el Greco y el por qué de su pintura.
«Al principio nos daba pánico enfrentarnos a un grupo, pero después de estos cuatro años os aseguro que disfrutamos», comentan para iniciar una conversación cargada de anécdotas, como explicar un cuadro a un doctor en Historia del Arte o inventarse un cuento con la vida del cretense para los alumnos de Educación Infantil conozcan quién fue el maestro de Creta.
«A las personas mayores les gustan las curiosidad, y vamos, en el museo hay muchas curiosidades», apuntan satisfechos con el trabajo que realizan de manera voluntaria tras varios meses de formación a cargo de Luis Alberto Pérez, el conservador del Museo del Greco, agradecido al trabajo de estos jubilados que viven por y para El Greco.
 
Su opinión. 
«San Pedro te habla, de sus ojos realmente saltan lágrimas, es de lo mejor»
«Es un cuadro que tiene su encanto, San Pedro te habla, de sus ojos realmente saltan las lágrimas, es de lo mejor». Basilio Alfaro tiene ‘Las lágrimas de San Pedro’ entre las mejores obras de la colección permanente del Museo del Greco. Este mecánico retirado por jubilación es uno de los seis guías del programa de voluntariado cultural de las instalaciones del Paseo del Tránsito. Escuchar sus explicaciones, previo examen por parte del conservador del museo, es acercarse a la historia del museo y a la vida y obra de Doménikos Theotocópoulos, el griego de Toledo. «Fue un revolucionario, un maestro», recuerda.
El retablo y el lienzo de San Bernardino, lo mejor del museo y de la visita guiada
Emilio Ojalvo ha sido profesor de instituto, y ahora participa en el programa de voluntariado cultural del Museo del Greco. Sabe comunicar y explicar la colección permanente de las instalaciones del Paseo del Tránsito, transmite en sus comentarios, y eso, el público, lo agradece. «Me encanta ‘San Bernardino’ porque es un retablo y es un lienzo, y todo ello del Greco», explica para afirmar que si se mira al Santo fijamente «vemos una escultura pintada, en su rostro podemos contemplar la vida interior del Santo, el Greco es un pintor con alma, que pinta el alma de los personajes a los que retrata».
«‘Vista y plano de Toledo’ es diferente a cualquier cuadro de la época»
«‘Vista y plano de Toledo’ es diferente a cualquier cuadro de la época, la simbología es para detenerse y estudiar». Así explicaba Pablo Redondo uno de sus cuadros más queridos del Museo del Greco, aunque en las visitas que guía como voluntario cultural del museo existe un momento en el que verdaderamente disfruta. Se trata de la explicación de las diferencias entre el retrato de Diego de Covarrubias y Leiva que realiza Alonso Sánchez Coello, y el que rubrica el Greco cuando el personaje había fallecido. Los matices de la pintura del cretense y la comparación entre los retratos de los hermanos Covarrubias forman parte de los minutos en los que Pablo disfruta y hace disfrutar de la visita por las instalaciones del Paseo del Tránsito.
Luis Tristán, una de las salas en las que puede pasar horas y horas embelesado
Javier Ortega es otro de los voluntarios culturales formados por el Museo del Greco para las visitas guiadas por estas instalaciones que ocupan una antigua casa toledana, reconvertida en museo con el impulso inicial del marqués de la Vega Inclán. Si hay una sala en la que Javier puede pasar horas y horas contemplando la belleza y el sentimiento de la pintura que aquí se muestra es la dedicada a Luis Tristán y los seguidores del Greco. Cuando se le pregunta por el mejor lienzo, la mejor pintura de Doménikos Theotocópoulos, no lo duda, ‘San Pedro en lágrimas’ es para Javier la obra del museo, por la nostalgia y la mirada del personaje protagonista.
«El Greco tiene hasta abstracciones en sus cuadros, es distinto, es un genio»
Conocido por sus paisajes toledanos y por plasmar en sus lienzos las calle, plazas y rincones de la ciudad Patrimonio de la Humanidad, Jesús Sánchez lleva cuatro años como voluntario cultural del Museo del Greco. Apasionado de la pintura, no titubea, y afirma con rotundidad que seleccionar una obra de las que se exponen en el museo es tarea complicada. «El Greco es un genio, es distinto, mucha gente no entiende su pintura, pero ¡tiene hasta abstracciones! y eso en aquella época solo lo puede hacer el Greco», comenta para decantarse, tras pensarlo varios minutos, por ‘Vista y plano de Toledo’ y ‘Las lágrimas de San Pedro’, del que dice que la representación del museo «es la mejor de cuantas he visto».
«‘Vista y plano de Toledo’ tiene matices extraordinarios, y es que es mi ciudad»
Del sector bancario al Museo del Greco como guía del programa de voluntariado cultural. Mariano Lozano tiene dos obras predilectas, una de ellas del taller del Greco. ‘San Basilio’ fue la pieza del mes hace ahora un año y Mariano el responsable de explicar los pormenores de la pintura. «Estudié tanto sobre ella que sí, está entre mis obras favoritas», comentaba para confesar que de la colección permanente del Museo del Greco «me quedo con ‘Vista y plano de Toledo’ tiene matices extraordinarios, y por encima de todo, es que es mi ciudad». Mariano se queda con los grises y la simbología de uno de los lienzos estrella del museo.