La última Comisión de Hacienda en el Ayuntamiento de Toledo sirvió para dar cuenta de expedientes de puro trámite burocrático en el funcionamiento habitual de una administración. La sesión discurrió con plena tranquilidad, salvo por un pequeño detalle: no se pudo dar cuenta de uno de los expedientes porque se habían extraviado unas facturas.

La situación es bien atribuible a gajes de la burocracia, e incluso provocó la ironía de algunos miembros de la oposición sobre la gestión pública frente a la privada, pero terminó derivando en una exigencia de mayor cuidado frente a un hecho que se catalogó como inadmisible.

Finalmente, el expediente de las citadas facturas ha aparecido dos días después. Se trata de un escrito del área de Seguridad Ciudadana, concretamente del intendente-jefe de la Policía Local, José María Sánchez Albiñana. En él se remiten algunas facturas pendientes de pago correspondientes al 2014 que no han podido ser tramitadas.

De las ocho facturas destaca una referente a la liquidación de kilómetros de un vehículo por un importe de 1.896,38 euros. Hasta ahí nada parece extraño, salvo por la explicación que se adjunta para justificar su no tramitación: «Le significo que aunque el vehículo  se contrató para el servicio de Policía ha sido utilizado los 4 años de duración del contrato por la Alcaldía, y a pesar de que al principio se iba a cargar a sus presupuestos, finalmente se decidió que asumiera el gasto la Policía Local», transcribe Albiñana.

El vehículo en cuestión (en el expediente se adjunta su matrícula) se encuentra en régimen de renting y Alcaldía lo lleva disfrutando desde hace cuatro años.  

El Ayuntamiento de Toledo lleva dos legislatruras apostando por la renovación de su flota de vehículos policiales, que se acerca a las cuarenta unidades.

Concretamente, en las fechas en las que se contrató el renting de ese vehículo se sacó a concurso el suministro mediante arrendamiento, con mantenimiento y sin opción de compra de cinco vehículos tipo turismo para la policía. El presupuesto fue de 169.903 euros, distribuido en cuatro anualidades; lo que cifra cada coche en unos 33.980 euros, que el Ayuntamiento pagó a cuenta del presupuesto policial en cuatro años a razón de más de 42.475 euros por ejercicio.

Esa misma operación se ha repetido varias veces a lo largo de las dos últimas legislaturas. Todo dentro del plan de modernización que el Ayuntamiento de Toledo intentó llevar a cabo para dotar a la Policía «de más personal y más material para el desempeño de su actividad». Ese plan de modernización no terminó de cumplirse a gusto de los trabajadores, puesto que ha tenido que ser en la última semana cuando el Ayuntamiento y los agentes han llegado a un acuerdo para que los policías desconvocaran las protestas y concentraciones que han desempeñado en el último mes, con pitadas a las puertas del Consistorio.