El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica hoy el real decreto de convocatoria de las elecciones municipales del próximo 24 de mayo, con lo que empezarán a contarse los plazos fijados para los diversos trámites de este proceso. Por eso, ayer, fue el momento escogido por  María Dolores Cospedal para hacer un balance de la VIII legislatura, la suya, la primera gobernada por el Partido Popular. En sus anotaciones todas y cada de las medidas, planes, proyectos y actuaciones que su Ejecutivo ha desarrollado en los últimos cuatro años, «los años más complicados y difíciles de la historia reciente de Castilla-La Mancha», dijo.

Recordó que la región estuvo a punto de ser «intervenida» y, por tanto, «que fueran otros los que tomaran las decisiones por nosotros». «Éramos una región sin credibilidad, al borde de la quiebra e, incluso, nadie pensaba que fuéramos capaces de recuperarnos y que lo hiciéramos en solo una legislatura», dijo.

Así, confesó que lejos de perder los ánimos ella y su equipo de Gobierno se pusieron a trabajar, «fijando prioridades y sabiendo que la tarea de gobierno nos iba a exigir tomar decisiones difíciles, algunas impopulares pero imprescindibles para remontar la situación». A su juicio, el tiempo le ha dado la razón y «ha demostrado que esos esfuerzos no eran baldíos y que están dando sus frutos».

Han pasado, por tanto, casi cuatro años desde que los ciudadanos le dieron la confianza para gobernar y «pese a que queda mucho por hacer, que hay personas que lo están pasando mal, la situación es claramente mejor que en 2011».

Insistió en que la austeridad no está reñida con el crecimiento económico, al contrario, añadióCospedal, quien subrayó que «ya hemos andado el camino más difícil y el único válido».

Para concluir, la presidenta se mostró convencida de que tras una primera etapa de esfuerzos, «la más dura», dijo, vendrá tras las elecciones autonómicas una segunda etapa «de consolidación efectiva, de progreso y de futuro» para Castilla-La Mancha.