El Prado hace públicos los textos que inspiraron la obra del Greco

Carmen Ansótegui / Toledo
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La muestra rompe con tópicos sobre la figura del pintor cretense como su devoción religiosa, su seguimiento del neoplatonismo o su destreza con la lengua castellana

El Prado hace públicos los textos que inspiraron la obra del Greco - Foto: Juan Lázaro

‘La biblioteca del Greco’ luce desde ayer y hasta el 29 de junio en el Museo Nacional del Prado, gracias a una muestra que pretende reconstruir las raíces teóricas y literarias en las que el pintor basó su arte. El Museo, la Biblioteca Nacional de España y la Fundación El Greco 2014 han sido los artífices de la exposición  que se compone de 56 obras.

De entre los ejemplares de la colección, destaca una edición del tratado de arquitectura de Vitrubio en el que aparecen numerosas anotaciones a mano del Greco que acercan al visitante a los pensamientos más íntimos del pintor. El presidente de la Fundación, Gregorio Marañón, aseguró que dichos comentarios son «el testimonio más directo, más personal de su concepción del arte».

Así la muestra acaba con mitos sobre el artista como su devoción religiosa. También se observa su escaso conocimiento del castellano a partir de torpes comentarios que escribió en los márgenes de los libros en los que entremezclaba el español y el italiano. Además de los 39 libros expuestos, la muestra se completa con manuscritos y estampas que seguramente le sirvieron de inspiración y cinco de sus pinturas, que sirven para relacionar su producción pictórica con los libros de su biblioteca.

La selección de las obras se basa en los inventarios que realizó Jorge Manuel Theotocópuli, hijo del artista. El primero lo redactó pocas semanas después de su muerte, cuando tenía entre sus enseres 130 ejemplares. En 1621 elaboró un segundo inventario como testimonio de los bienes que aportaba a su segundo matrimonio. A partir de estos dos documentos se fundamenta la muestra en cinco secciones.

I. Los ‘padres griegos’ y la herencia clásica

Orgulloso de sus raíces, el Greco poseía en sus estanterías obras clásicas de Homero, Apiano Alejadrino o Jenofonte. En esta primera parte de la muestra ya se rompe con uno de las extendidas creencias sobre el pintor. Lejos de presentarse como artista neoplatónico, los inventarios en los que se basa la exposición del Museo del Prado recogen tres libros de Aristóteles y ninguno de Platón.

II. Metamorfosis en Italia

El libro de Giorgio Vasari sobre las vidas de artistas italianos o la obra ‘Historia de Italia’ de Francesco Guicciardini cobran especial relevancia en esta sección de la muestra que recoge la etapa de 1570 en la que el Greco se muda a Roma. Los textos que pasaron por sus manos y el contacto que mantuvo con intelectuales cambiaron la estética de su pintura y le llevaron a concebir su oficio como un instrumento para explorar la realidad.

III. La pintura como ciencia especulativa

El Greco no se limitó a pintar aquello que tenía delante de sus ojos sino que consideró que la pintura podía imitar lo imposible. Su colección contiene numerosas representaciones de asuntos mitológicos o misterios religiosos. Junto a este aspecto la tercera parte de la muestra revela que sí tenía en cuenta la perspectiva. Según el comisario de la exposición, Javier Docampo, «tiene un concepto de la perspectiva peculiar pero no renuncia a ella» y apunta a que esta confusión puede haber sido causada por la descontextualización de sus obras y es que entre sus libros aparecen hasta cuatro tratados que abordan este punto.

IV. Vitruvio y ‘los términos de la arquitectura’

El ejemplar completo de ‘Los diez libros de arquitectura’ y sus anotaciones puede ser ojeado digitalmente por los visitantes para conocer las opiniones del Greco. Esta ciencia estuvo muy presente en la vida del pintor, que utilizó su conocimiento sobre el tema para diseñar retablos o construir estructuras arquitectónicas de fondo en sus cuadros.

V. El problema de la imagen religiosa  

La muestra finaliza con uno de los temas centrales de la obra del pintor: la religión. El Greco adecuó sus pinturas a lo que le demandaban por el estudio que hizo del tema. La mayor parte de los libros religiosos que tuvo en su haber abordaban el debate del decoro y de la adecuación de la pintura a la doctrina cristiana. Así la exposición recoge libros de los padres de la iglesia griega que, como explicó Docampo, «dedicaron parte de sus reflexiones al problema de la iconoclasia».