Las cuentas pendientes de Talavera

J. L. M. / Talavera
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El AVE y la plataforma logística son los temas estrella para el futuro a medio y largo plazo de la ciudad

Uno de los temas que ha marcado la agenda política talaverana en todo el presente siglo XXI es el de la alta velocidad ferroviaria, cuestión que seguro seguirá teniendo un papel relevante en el discurso de los principales representantes públicos de la ciudad a corto, medio y largo plazo, especialmente cuando estén próximas las citas electorales de carácter local, regional y nacional. Junto a este asunto ha ido adquiriendo en el último quinquenio una importancia similar la ubicación en tierras talaveranas de una plataforma logística de transportes, propuesta esta que está integrada en una ambiciosa estrategia ideada a nivel europeo, y que está estrechamente ligada al desarrollo de unas comunicaciones ferroviarias más modernas y con más capacidad de las que están funcionando en estos momentos. De esta forma, AVE y plataforma son cosas que van de la mano y que no se pueden entender por separado.

La particular relación de Talavera con el AVE data del año 2001, cuando el entonces ministro de Fomento con el PP, Francisco Álvarez-Cascos, anunció su paso y parada en la ciudad. En concreto, uno de los entonces hombres fuertes de José María Aznar en el Gobierno central subrayó que la ciudad estaría dentro del corredor Madrid-Extremadura, al igual que en el Plan Nacional de Infraestructuras ideado por el Ejecutivo. En 2003 la que fuera en esos momentos presidenta del PP local, Carmen Riolobos, adelantó que el AVE estaría listo en 2006, pero la llegada al poder de los socialistas comandados por JoséLuis Rodríguez Zapatero dieron un giro radical a lo propuesto anteriormente, debido a que se redactó un Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte en el que el AVE dejaba de ser AVE para convertirse en ‘tren de altas prestaciones’, y en el que se dejaba entrever la posibilidad de que su utilizara una misma línea para el transporte de mercancías y de viajeros.

A pesar de que los presupuestos del Estado de los años siguientes no contemplaban partidas para el desarrollo de las obras (sí para estudios informativos y proyectos de obra), el alcalde socialista José Francisco Rivas declaró que con Zapatero en el Gobierno central y con José María Barreda en la Junta la alta velocidad estaría en marcha en 2010. Pero 2010 pasó y el proyecto siguió sin concretarse, un nuevo inquilino llegó a La Moncloa (Mariano Rajoy), la crisis económica paralizó muchas iniciativas caracterizadas por inversiones millonarias y, por si fuera poco, el vecino Portugal ya no estaba interesado en terminar la conexión Madrid-Lisboa.

De igual forma, las partidas presupuestarias estatales para informes y estudios han ido mermando en los últimos cuatro años. A pesar de todo, desde Bruselas dieron una nueva fecha para terminar las obras del AVE a su paso por Talavera: 2017.

Plataforma logística. En cuanto a la plataforma logística, en los últimos meses el tema se ha reavivado, sobre todo a raíz de que la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, asegurara en noviembre del año pasado que no era una infraestructura prioritaria para Europa. Desde entonces hasta ahora se han sucedido los reproches políticos, los desmentidos y las afirmaciones por parte de unos y otros, y las reivindicaciones por parte de la patronal, desde donde se demanda más claridad y una postura más firme al respecto.

Pero más allá del debate lo cierto es que poco ha avanzado la plataforma desde que en noviembre de 2014 se firmara en el Ayuntamiento talaverano un protocolo de colaboración entre el propio Consistorio, la Junta y el Ministerio de Fomento para el desarrollo de la infraestructura nodal en Talavera. En aquella ocasión se acordó evaluar la viabilidad logística y económica de la terminar, que estaría integrada en la Estrategia Logística de España que tomó forma en noviembre de 2013. Esta propuesta quedaba a su vez plasmada en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2024, al igual que dentro del corredor Atlántico de transporte de mercancías.

Sea como fuere, el nuevo Gobierno central que se constituya en las próximas semanas tendrá que lidiar con dos proyectos que se presentaron en su momento como los principales impulsores de la economía talaverana, una economía que no vive sus mejores momentos y que necesita un cambio de rumbo urgente.

Una nueva Casa Cuartel. Talavera lleva desde hace años bregando con los responsables de turno del Ministerio de Defensa para que la ciudad disponga de una vez por todas de una nueva Casa Cuartel para el destacamento de la Guardia Civil. La actual, emplazada en pleno centro de la ciudad y con enormes deficiencias estructurales por tratarse de una edificación bastante antigua, ha quedado obsoleta y por ello un año tras otro se plantea al Gobierno central que los efectivos del Instituto Armado cuenten con unas instalaciones más modernas y mucho más funcionales que las que tienen ahora.

En 2011 el Consistorio propuso a Defensa la permuta de los terrenos de la Casa Cuartel por un solar situado en las cercanías del Hospital General Nuestra Señora del Prado. Desde el Ministerio de Defensa respondieron al Ayuntamiento que se hiciera cargo él de las obras de construcción de las nuevas dependencias y que luego se las cediera al departamento ministerial. La propuesta no fue aceptada y todo lo que se ha hecho al respecto se ha traducido en parches en forma de obras de reforma.

A la espera de la segunda fase. Si la llegada de la alta velocidad ferroviaria y la puesta en marcha de la plataforma logística pueden cambiar el rumbo de la economía local, no menos importante es el desarrollo de la segunda fase del polígono industrial de Torrehierro. Esta zona empresarial situada junto a la autovía de Extremadura no vive en la actualidad su época más gloriosa, ya que al gran número de parcelas sin edificar que hay en su primera fase se unen las naves vacías de empresas que cerraron a consecuencia de la crisis del ladrillo. Además, los empresarios que todavía resisten en la zona llevan años demandando mejoras en los viales, más seguridad, más limpieza y, sobre todo, una red de telecomunicaciones que les permita crecer y contar con mejores servicios.

Es por todo esto último por lo que algunos propietarios no terminan de acoger con buenos ojos el posible desarrollo de la segunda fase de Torrehierro, debido a que estiman que primero habría que dar un lavado de cara a lo que está funcionando en estos momentos para que lo que ya está en marcha no pierda valor ni se devalúe ante el crecimiento de la zona industrial.

De todas formas, y pese a que todas las administraciones coinciden en que Talavera necesita más suelo para facilitar la llegada de nuevas empresas, la Entidad Pública de Suelo Empresarial adscrita al Ministerio de Fomento (Sepes) es la que tiene la última palabra y la que cuenta con la llave para desbloquear el proceso de crecimiento.

A finales de octubre de 2014 el Ayuntamiento firmó con Sepes un protocolo de colaboración para ello, mientras que antes de las últimas elecciones autonómicas y municipales se anunció que las negociaciones iban por buen camino. Además, a finales del año pasado desde el PP anunciaron que se iba a incluir en los Presupuestos del Estado de 2016 una partida de 3’4 millones para la segunda fase de Torrehierro, aunque desde las filas socialistas negaron la existencia de tal inversión.

La eterna circunvalación. En los tiempos que corren no parece lo más indicado que una carretera nacional atraviese una ciudad como Talavera. No obstante, el trazado de la N-502, que comunica Ávila con Córdoba por tierras extremeñas y por buena parte Castilla-La Mancha, es una calle más del entramado urbano talaverano. Esto supone que determinadas vías soporten una intensidad de circulación mucho mayor de lo que sería normal, así como un tráfico de vehículos pesados continuo.

Es por esto por lo que desde hace años encima de la mesa del Ministerio de Fomento está la propuesta para la construcción de una circunvalación que derive el tráfico de la N-502 por las afueras de Talavera. A finales de marzo del año pasado entró en servicio la denominada Variante Suroeste, con una longitud de 6,135 kilómetros de tronco y otros 6 de ramales, y con conexiones con el enlace norte de la A-5 y con la CM-4101 en sentido Calera. No obstante, aún queda por conectar la carretera principal con la Ronda del Tajo, es decir, con el trazado construido en torno al puente atirantado de Castilla-La Mancha.

Un regadío moderno que no llega. Los regantes del Canal Bajo del Alberche llevan años reivindicando la mejora y modernización de su sistema de riego, de tal forma que ello les permita ahorrar agua y obtener más rentabilidad en sus tierras de cultivo. En 2005 se redactó un proyecto para tal fin y tres años después quedó aprobado. Además, a mediados de 2009 el Boletín Oficial del Estado publicó la iniciativa y recogió que contaría con un presupuesto de 68 millones de euros. Desde entonces hasta ahora no se ha realizado nada al respecto, ni siquiera la elevación del arroyo de Las Parras, que recibió el visto bueno del Gobierno central en 2014 para su realización entre 2015 y 2017.

Tampoco se sabe nada de otra propuesta relacionada con el agua que desde Talavera se ha planteado en numerosas ocasiones al Gobierno central, y que no es otra que la ampliación de la estación potabilizadora. Lo último que trascendió al respecto data de finales de 2012, cuando desde la Concejalía de Medio Ambiente se planteó retomar un proyecto que se lleva estudiando desde el 2006, y que contaría con una inversión de unos 17 millones de euros.