Devoción y emoción a costa de los Regantes

Daniel Pérez
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Los cargadores tuvieron que sacar las imágenes de Jesús maniatado y la Virgen Dolorosa de rodillas debido a las reducidas dimensiones de la puerta de la iglesia de Santa María la Mayor.

Los cargadores tuvieron que sacar a la Dolorosa de rodillas. - Foto: Peña

La emoción regresó a las calles del Casco Histórico de Talavera en la noche del Martes Santo gracias a la Cofradía de los Regantes. El sentimiento y la pasión que ponen los feligreses de esta hermandad en cada uno de sus pasos son el santo y seña de una Semana Santa de Interés Turístico Regional. Con una puntualidad exacta, los cargadores asumieron su protagonismo para sacar de la iglesia de Santa María La Mayor las imágenes de Jesús maniatado y de la Virgen Dolorosa bajo Palio.  

Las reducidas dimensiones de la puerta de La Colegial, sumadas a la gran envergadura de estos dos pasos, obligaron a los cargadores, como es tradición, sacar a ambos de rodillas. Una labor lenta y muy complicada que requiere un grandísimo esfuerzo de todos los cofrades. Logrado el objetivo, los cientos de vecinos de la ciudad que acudieron a presenciar uno de los momentos más espectaculares de toda la semana de Pasión, lo celebraron con una cerrada ovación.

De este modo la Cofradía de los Regantes comenzó a surcar las calles de la ciudad hasta recorrer algunos de los puntos más emblemáticos de la ciudad como son la plaza del Pan, plaza del Arzobispo Tenorio, Gabriel Alonso Herrera, calle Río Tajo, travesía de San Jerónimo, plaza de San Jerónimo, San Agustín el Viejo, ronda del Cañillo, Carnicerías, Murallas, plaza del Reloj, Corredera del Cristo, Palenque, plaza Padre Juan de Mariana y plaza del Pan para regresar nuevamente al punto de partida.

Los gritos hacia los pasos fueron comunes según avanzaba la procesión, y es que la Cofradía de los Regantes cuenta con muchísimos devotos que salen a acompañar a sus imágenes cada Martes y Viernes Santo por toda la ciudad de Talavera.

Con su balanceo característico, los porteadores  centraron la atención de una procesión marcada por la compasión y la admiración a unos pasos que fueron acompañados en todo momento por las trompetas y tambores que daban mayor solemnidad a este acto de Semana Sana.

Esta hermandad fue la encargada de recuperar el paso de Palio que en los años 50 se llegó a emplear en la procesión del Santo Entierro para la Dolorosa más antigua de la ciudad. Una imagen que volvió a llevarse todos los elogios de la procesión de un público que acudió en masa a las inmediaciones de La Colegial para ver su salida del templo.