Martín: «Insistiremos a la Junta para que recurra la 'antiprescripción' enfermera»

ESTHER MARTÍN | TOLEDO
-

¿Qué balance hace de los últimos cuatro años al frente del Colegio de Enfermería de Toledo?

Como ya he dicho en más ocasiones, el trabajo del Colegio es una carrera de fondo. A todos nos gustan los proyectos estrella, pero lo más importante es el día a día. Cierto es que la última legislatura ha coincidido con un tiempo complicado en el ámbito nacional y autonómico, ya que ha estado marcada por la crisis y en este marco la profesión se ha resentido porque no ha habido cercanía con ella. No obstante, el Colegio ha seguido trabajando en la medida de sus posibilidades por los profesionales dando todos los servicios habituales. Hemos sacado adelante más o menos los proyectos. Ahora se abre una  nueva etapa de ilusión y que coincide con una nueva era política donde parece que los indicadores apuntan a una dirección mejor económica y esperamos que sirva para paliar la situación laboral de los enfermeros, lo que redundará en la asistencia a la propia ciudadanía.

Son ya 20 años como presidente de este Colegio.

Son muchos años al frente del Colegio. Siempre me he presentado porque el logro más importante que me atribuyo es contar con un equipo de personas con un gran nivel de trabajo y de entrega. Ser presidente en este conexto es fácil. La Junta de Gobierno se repite aunque se incorpora alguna cara nueva. Están comprometidos en seguir defendiendo los intereses de la profesión y de la sanidad.

¿Qué retos de futuro tienen como institución?

Como Colegio, seguir atendiendo a los enfermeros en el día a día. Es, insisto, una carrera de fondo. Tenemos muchos temas formativos, de asesoría e investigación. Queremos potenciar el área de Talavera de la Reina con el desarrollo de más actividades. Como profesión, el reto fundamental es el famoso decreto de prescripción enfermera o, como decimos jocosamente, el decreto antiprescripción. Nos ocupa mucho tiempo de nuestro trabajo por la repercusión en nuestro desarrollo profesional.

¿Cuál es el diagnóstico de la profesión en la provincia en cuanto a medios humanos y materiales?

El nivel de cualificación de nuestros profesionales es extremadamente alto. Las nuevas generaciones tienen una titulación de grado y la especialización es el reto que los más jóvenes se han propuesto. Hay una demanda importante para ser especialistas y esto redunda en la cualificación. Muchos han venido a pedir ayudas, incluso económicas, y que se darán porque son un número alto. Indudablemente, el Colegio tendrá que estar  a su lado apoyando este tipo de iniciativas. La profesión está viva y latente y con un grado de actualización de unos conocimientos que finalmente van para la ciudadanía. Un enfermero formado indudablemente es un valor que aportamos a los ciudadanos muy importante. El Colegio, por tanto, tiene la obligación de estar al lado de estas acciones. En el aspecto laboral se produjo una baja importante en la pasada legislatura por la crisis y los recortes tan importantes que hubo. Esto provocó que del Colegio se marcharan más de 400 enfermeros, lo hicieron buscando otros lugares de trabajo o dejando momentáneamente la profesión. Muchos se fueron al extranjero. Ahora hay un repunte y vuelve a haber unos 3.100 recuperando las cifras que hubo en los mejores momentos. La administración se ha comprometido en la contratación de personal y la recuperación de horarios laborales así como la negociación sindical para crear nuevas plazas para dar cabida a nuevos trabajadores, a los que hay que ilusionar. Se moverá la formación y el estímulo de presentarse a las oposiciones. Esto es lo que hacía falta.

¿Cuántas plazas serían necesarias?

Ahora mismo el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha tiene más de 1.000  plazas de interinidades en enfermería, siendo más puristas para llegar a ratios europeos habría que duplicar la plantilla. Estamos convencidos de que si se abre un número destacable sería un punto de partida importante en el movimiento de profesionales. En Toledo hay una escuela de enfermería y una facultad en Talavera de las que sale un número importante de gente cada año, son más de cien profesionales. Tienen que tener una expectativa de futuro.

¿Queda mucho por avanzar todavía en las especialidades?

Tuvimos una entrevista en otoño con el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha. Vimos un talante distinto al que habíamos tenido hasta ahora, sobre todo en la cercanía. En lo relativo a la especialización, hubo un claro compromiso del Gobierno para que antes de que termine la legislatura todas las especialidades estén desarrolladas en Castilla-La Mancha. Es una apuesta importante. Igualmente quería que los enfermeros se formaran en gestión. Lo recogimos y tendrán todo nuestro apoyo. Hasta el momento la única especialidad  reconocida en la región es la de matrona. La paradoja es que estamos formando a la gente en unidades docentes de especialización y luego los tenemos que mandar fuera. Es absurdo. La de salud mental tiene más de diez años, por ejemplo, por lo que, reitero, no tiene sentido. Estaremos pendientes para que sea una realidad porque así habrá una mejor cualificación y mejor atención para los ciudadanos.

El texto definitivo del decreto de prescripción enfermera que no permite al enfermero tomar algunas decisiones sin el consentimiento anterior del médico ha sido un gran varapalo para la profesión.

Tal y como fue redactado a última hora no obedece a los últimos cuatro años en los que se ha negociado con el Gobierno a nivel nacional. No hay casos similares. Ha dado tiempo para que todo hubiera quedado cerrado. Se modificó a última hora sin tener nada que ver con lo trabajado con el Ministerio ni con la realidad del trabajo diario del enfermero. Nuestro dilema es que no tenemos claro qué tenemos que hacer. El consejero también ha sido sensible en este sentido aunque el contexto es complicado mientras que la Organización Médica Colegial  ha dicho que es un decreto correcto. Es una tesitura muy complicada y estamos siendo cautos. La semana que viene haremos unos seminarios sobre este decreto, que dice que los medicamentos sujetos a prescripción médica siempre tienen  que ser indicados por el médico. Pero si el enfermero toma decisiones es porque le avala la formación, la experiencia, el sitio donde trabaja y el servicio de salud. El decreto iba a regular esta situación, pero nos encontramos con que lo que se venía haciendo de forma autónoma ahora no se podrá hacer por el enfermero. Aquí se incluyen las vacunas, cura de heridas o  analgesias. Y esto es lo que el Gobierno no quiere que hagamos.

Algunas comunidades autónomas han recurrido, ¿qué esperan de la justicia?

La Organización Colegial y la Sindical nuestras ya lo han recurrido. Algunas comunidades autónomas también han anunciado que lo pondrán en marcha. Incluso se han pedido medidas cautelares para paralizar el punto conflictivo mientras la justicia hace su trabajo. En el día a día tenemos que informar al colectivo de cuál es la situación para evitar incidentes con otros profesionales.  La Organización Médica Colegial han indicado a su colectivo que denuncie cualquier irregularidad que se produzca en torno al decreto.  El Ministerio ha ratificado que hay que cumplirlo e incluso el abogado del Estado ha dicho que se entiendan como irregularidades. No nos queda más remedio que informar al colectivo.

¿Castilla-La Mancha va a recurrir como otras comunidades autónomas?

Hemos tenido reuniones en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) y así lo hemos pedido. Solicitaremos medidas parlamentarias para que las Cortes insten al Gobierno central a que derogue el proyecto. Solo lo puede modificar la justicia o el propio Gobierno. Queremos que la Junta de Castilla-La Mancha recurra el decreto e insistiremos en que tenga un posicionamiento claro.

¿Qué consecuencias hay para el enfermero que no cumpla esta normativa?

Que incurrirá en un delito de intrusismo profesional. Si no hay consecuencias, no pasa nada. El problema es que esta actuación  lleve aparejados incidentes, por ejemplo, que un tratamiento conlleve lesiones o alteraciones. Y esto ya será muy complicado.  

Al margen de que se pudieran producir incidentes, ¿se demorará mucho la atención en los centros sanitarios si el enfermero tiene que esperar a que el médico dé el visto bueno?

Ahora la mayoría de las actuaciones de los enfermeros tendrán que ser supervisadas e indicadas por el médico. Habrá un coste importante para el desarrollo de la actividad habitual sobre todo en el área de Atención Primaria.

¿Se ha producido algún incidente en la provincia desde que entrara en vigor?

No ha habido ningún incidente y esperamos que no lo haya. La norma no es buena para los intereses de los ciudadanos y es que además el texto no dice nada de una situación de urgencia en la que el enfermero tenga que esperar el consentimiento del médico cuando al paciente hay que atenderle lo más rapido posible.

¿Cree que esto puede contribuir a que haya más agresiones físicas o verbales a los profesionales como ocurrió con los recortes?

La administración está trabajando en evitar que surjan conflictos con la puesta en marcha de medios físicos o materiales. Periódicamente hay cuadros de agresiones, pero no salen a la luz porque los profesionales no quieren estar en boca de la gente por hechos así. Vienen aquí a denunciar estas situaciones aunque han caído de forma importante. Algún año han sido más destacadas porque los recortes han ampliado la presión asistencial y no se llegaba correctamente a pacientes y familiares. La guardia no se puede bajar.  Con este decreto los tiempos se alargarán y puede dar lugar a que el paciente no entienda que haya menos celeridad. Espero que no haya consecuencias negativas.

¿Qué intereses se esconden detrás de esta decisión?

Ha sido un lobby formado por miembros del Gobierno, los ministros de Sanidad, el Partido Popular  y su máximo responsable en este ámbito, que era el anterior consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, y la cúpula de la Organización Médica Colegial. Han buscado la fórmula para romper algo tan nomal que veníamos haciendo. Se han encargado de que no salga adelante, puede ser que no quieran que los enfermeros tengan autonomía para manejar medicamentos. Quizás piensan que se les quita poder o prestigio. Habría que preguntárselo al que lo ha hecho.