Vecinos de 'Corea' piden soluciones al botellón en la pista deportiva

J. Monroy | TOLEDO
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Durante los últimos años, tienen que aguantar ruidos, música en los coches, balonazos en sus viviendas, orines y cristales rotos tras las fiestas que se repiten casi cada fin de semana

Vecinos de ‘Corea’ piden soluciones al botellón en la pista deportiva

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Sea por las fiestas, por el verano, o porque el Ayuntamiento ha hecho caso a sus reiteradas quejas, este fin de semana ha sido extraño para los vecinos de Palomarejos. En esta ocasión, no se han desarrollado las fiestas y botellones que desde hace años se vienen repitiendo allí cada viernes sábado y domingo en la pista deportiva de la calle Nelson Mandela.

Por ejemplo, durante el fin de semana anterior, el viernes la fiestas se perpetuó hasta las cinco y media de la mañana, «con ruidos ensordecedores». El sábado se produjo un apagón de luz, «y con más furia rompiendo cristales gritando a los cuatro vientos enfadados por el apagón general en todo el barrio», denuncian los vecinos. Ellos llamaron a la Policía Local «y las personas que allí había se rieron de en su cara». Eran unas treinta o más personas, que dejaron el entorno con olor a orín. Y aunque muchos recogieron las botellas en la papelera, otras muchas se rompieron en el suelo.

 Finalmente, el domingo se repitió la historia, en este caso con botellón y música en los coches hasta tarde. Algo que, se lamentan los vecinos, parece que está permitido. «Imposible dormir», se lamentaron.

Petición reiterada. Este conflictivo lugar viene siendo desde hace tiempo uno de los caballos de batalla de la Asociación de Vecinos La Voz del Barrio en la Junta de Distrito Norte. Su presidente, Guillermo Escolante, no sólo ha denunciado los problemas que estas fiestas causan para los vecinos, sino que también pide una adecuación del entorno. Porque en las antiguas pistas falta algo tan básico como la valla perimetral. Y los balonazos en muchas ocasiones se estrellan contra la vivienda de los vecinos.

Los mismos vecinos que, advierten, no están en contra de que las personas se diviertan, pero entienden que hay otras alternativas para celebrar estas prolongadas y escandalosas fiestas, en las que se mezcla la música a todo volumen en los coches, pachangas deportivas y consumo de alcohol, que generalmente dejan el lugar lleno de cristales rotos y orines. Y eso, advierten los residentes del entorno, que ya no les permiten hacer barbacoas en el lugar, y este verano está siendo mucho mejor, «porque hace dos años esto era un infierno de ruido, con reaves, y coches con grandes altavoces».

Su idea es que el Ayuntamiento les informe de que hay otros lugares para hacer estas fiestas, como, por ejemplo, La Peraleda, y no un núcleo urbano con tantos residentes a los que les molesta sus actuaciones. Desde hace cuatro años, llevan llamando a la Policía y no ven otra solución a lo que está ocurriendo en su barrio que una salida dialogada, y que las personas de fiesta se trasladen a otro entorno.

Al margen, los residentes se muestran preocupados por la limpieza, dado que los cristales rotos no se terminan de quitar, y esperan que el Ayuntamiento pida a la concesionaria que cumpla con su trabajo para evitar accidentes. Finalmente, como su Asociación, los vecinos piden unas verjas que impidan que las pelotas golpeen las paredes.