El Colegio de Abogados avala a 24 nuevos profesionales jurídicos

P. Pérez
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Ayer se clausuró el curso en la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio toledano con un acto solemne presidido por el decano; esta formación goza de un importante prestigio profesional

El Colegio de Abogados de Toledo acogió ayer el acto de clausura del curso académico de la Escuela de Práctica Jurídica con la entrega de diplomas acreditativos a los 24 alumnos que han participado este año.

Un acto solemne que fue presidido por el decano del Colegio, José Sánchez Recuero, que recalcó la importancia de la formación práctica para que los futuros profesionales puedan contar con recursos a la hora de enfrentarse a su inmediato desarrollo profesional.

De hecho, explicó Sánchez a este diario, la escuela cuenta con un importante nivel de prestigio justamente por ese ámbito, el de la formación práctica, ya que los alumnos realizan acciones tanto en los tribunales con prácticas tuteladas con jueces y abogados como en despachos profesionales para conocer su funcionamiento interno.

A ello se une el prestigio que otorgan a este curso los docentes, todos ellos reconocidos profesionales de la judicatura y la abogacía. El equipo docente que ha impartido este curso ha estado compuesto por jueces, magistrados, fiscales, abogados y secretarios judiciales, todos ellos con una vinculación efectiva con el ejercicio del derecho y el día a día de los tribunales.  

 «Tener el diploma de la escuela es un aval a efectos del futuro ejercicio e incluso para ser contratados por despachos profesionales que conocen qué formación reciben aquí», recalcó el decano, para el que el número de alumnos también es un indicador de calidad.  «El número limitado de alumnos es intencionado, con una formación práctica de calidad, más personalizada y efectiva», dijo.

Futuro. El punto y final al curso académico de la Escuela de Práctica Jurídica también supuso ayer el fin de un modelo educativo y de una prueba de acceso al mercado laboral que el próximo año será sustituido por un máster que garantice la posibilidad de los graduados de ejercer la abogacía.

Por ello, también la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio toledano marcó ayer un punto y seguido a su actividad docente, y para el próximo curso ya está asumiendo un nuevo rol en dos líneas distintas: la primera, en la impartición de ese máster profesional, al que tendrán que concurrir todos aquellos que finalicen el grado universitario tanto para ejercer la abogacía como para prestar servicios en el turno de oficio;  y una segunda línea  en la creación de un programa de formación continuada y especialización para los profesionales, que precisan de un constante reciclaje y actualización para poder ejercer su labor con eficiencia.

Alumnos. Los 24 alumnos del curso que ayer concluyó recibieron de la mano del decano y de representantes de la judicatura y la abogacía sus diplomas acreditativos. Unos documentos que reconocen el aprovechamiento de su formación teórica y práctica, aunque aún tendrán que esperar unos días para saber si han aprobado el curso; de hecho, ayer mismo a lo largo de la mañana el Colegio de Abogados acogió las últimas pruebas orales de los estudiantes, que unas semanas antes se habían enfrentado a sus exámenes teóricos. Pese a tener que esperar a la nota final, todos mostraron con orgullo su diploma que, si han sido aplicados, les permitirá adentrarse en el mundo de la abogacía y en su aventura profesional.