Adolfo de Mingo Lorente

Ha transcurrido más de un siglo entre el primer catálogo sobre el Greco, editado por Cossío en 1908, y la reedición actualizada de la biografía del pintor presentada por el catedrático Fernando Marías, publicada hace apenas dos meses. En estos cien años han convivido construcciones del pintor completamente diferentes. La biografía del Greco ha sido sometida a interpretaciones identitarias, cifras de mercado y credos religiosos, de manera que muy poco tiene que ver su construcción en los primeros años del siglo XX (cuando de jó de ser considerado un pintor de escuela italiana por los sucesivos catálogos del Museo del Prado para convertirse, casi inmediatamente, en piedra angular de la identidad hispana) con la definición en clave nacional propuesta por determinados historiadores griegos. Son grandes las diferencias entre la fase italiana de Domenikos Theotokopoulos y la evolución que su pintura experimentó durante casi cuarenta años en Toledo, y cada una de estas parcelas, algunas aún sumamente oscuras, han contado con sus respectivos especialistas.

La Tribuna ofrece en las cuatro páginas siguientes un homenaje a los historiadores del arte que han dedicado sus esfuerzos al estudio del pintor. En primer lugar, un recorrido por los grandes expertos internacionales. Segundo, un encuentro entre los tres especialistas de referencia en el Toledo del siglo XXI. Junto a estas líneas conviven las fotografías en blanco y negro de pioneros como Manuel Bartolomé Cossío y Francisco de Borja de San Román (el primer historiador toledano que aplicó en sus investigaciones una metodología contemporánea) con catedráticos universitarios que continúan aportando nuevas relecturas y visiones. Todos ellos poseen el mérito de nadar en aguas revueltas, las que rodean a un pintor en cuya balanza pesan por igual las escasas referencias documentales y la gran acumulación de tópicos y lugares comunes. De ahí este ‘quién es quién’ para orientarse en el estudio del pintor a lo largo de los últimos cien años.

Biografías.

Manuel Bartolomé Cossío

[1857-1935]

El Greco (Imp. de Victoriano Suárez, Madrid, 1908), reeditado hasta la actualidad en abundantes ocasiones, fue la primera monografía específicamente dedicada al pintor. Manuel Bartolomé Cossío, estrechamente vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, la publicó en pleno proceso de construcción de la Casa y Museo del Greco. Seis años después de esta pionera biografía y estudio artístico, en 1914, coincidiendo con la conmemoración de su tercer centenario, vieron la luz Lo que se sabe de la vida del Greco y El Entierro del Conde de Orgaz. Fue un investigador prolífico y abordó numerosos asuntos relacionados con la enseñanza, si bien su interés por el Greco le acompañó hasta su muerte, en 1935.

Francisco de Borja de San Román

[1887-1942]

Este pionero de los historiadores toledanos (primero de esta ciudad, según su descendiente Rafael Sancho Zamora, en aplicar en sus investigaciones una metodología contemporánea) dedicó su tesis doctoral al estudio del pintor casi al mismo tiempo que Cossío daba sus pasos. El Greco en Toledo, o nuevas investigaciones acerca de la vida y obras de Dominico Theotocópuli (publicada en 1910, con prólogo del propio Cossío), destaca por haber asentado las bases para el estudio del pintor durante su producción en la ciudad de Toledo, en donde el Greco permaneció durante casi cuarenta años. Además de esta publicación (reeditada en 1982 por la editorial toledana Zocodover), son de destacar sus estudios sobre Luis Tristán y sus conclusiones sobre la sepultura de Domenikos Theotokopoulos, El sepulcro de los Theotocópuli en San Torcuato de Toledo: más datos acerca de la sepultura del Greco (Victoriano Suárez, 1912). Francisco de Borja de San Román estuvo vinculado desde su fundación a la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, para la cual desarrolló diversos informes y comunicaciones de interés.

August Liebmann Mayer

[1885-1944]

Considerado uno de los grandes valedores internacionales del arte español durante las primeras décadas del siglo XX, este historiador alemán del arte, especializado en el estudio de la pintura, dedicó varios trabajos al Greco. El más destacado, seis años después de un temprano estudio sobre Toledo (Seeman, Leipzig, 1910), vio la luz El Greco: eine Einführung in das Leben und Wirken des Domenico Theotocopuli genannt El Greco (Delphin, Munich, 1916). Sus orígenes judíos desataron sobre él una intensa campaña de desprestigio académico en la Alemania nazi de los años treinta, por lo que se vería forzado a emigrar a Francia. Tras la ocupación de París fue capturado y conducido a Auschwitz, en donde falleció en 1944. A mediados de los años ochenta fue reivindicado por la historiadora del arte y conservadora del Museo del Prado Teresa Posada Kubissa.

Harold Edwin Wethey

[1902-1984]

El Greco and his School, publicado en dos volúmenes por la Princeton University Press en 1962 (y por la española Ediciones Guadarrama en 1967), está considerado el principal catálogo sobre la obra del Greco de mediados del siglo XX. Vigente durante muchos años, hoy se considera excesivamente generoso con la producción del taller del Greco, hasta el punto de llegar a atribuir a Domenikos Theotokopoulos multitud de pinturas que los análisis pormenorizados posteriores han descartado. Su responsable fue Harold Wethey, profesor de la Universidad de Michigan y especialista en el arte barroco español.

Fernando Marías Franco

[1949-]

Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid. Fernando Marías, comisario de la exposición ‘El Griego de Toledo’, que abrirá sus puertas en el Museo de Santa Cruz el próximo mes de marzo, es uno de los mayores especialistas españoles en el estudio del siglo XVI. Su tesis doctoral, publicada en cuatro volúmenes, versó sobre La arquitectura del Renacimiento en Toledo (1541-1631). Su aportación a propósito del Greco incide fundamentalmente en el aspecto intelectual y formativo del pintor. El pasado mes de noviembre presentó, en el Museo Thyssen de Madrid, una reedición actualizada de su libro Biografía de un pintor extravagante (Nerea, 1997, en su primera edición).

José Álvarez Lopera

[1950-2008]

Este historiador del arte y profesor granadino recogió, en palabras del catedrático Francisco Calvo Serraller -que escribió su obituario en el diario El País tras su prematura muerte hace seis años-, la «complicada antorcha» de la elaboración de un catálogo actualizado sobre el Greco que fuese más allá de los postulados de Wethey. Polifacético y maestro de historiadores del arte, Álvarez Lopera pudo ver publicados los dos primeros tomos de El Greco: Estudio y catálogo (Fundación de Apoyo a la Historia del Arte Hispánico), un texto esencial para conocer a un pintor al que anteriormente dedicó su tesis doctoral y diversos libros de divulgación publicados por editoriales como Sílex y Akal.

Nicos Hadjinicolaou

[1938-]

La aportación investigadora de Nicos Hadjinicolaou a propósito del Greco destaca, en primer lugar, por su revisión de la etapa bizantina y por la organización de congresos desde el Instituto de Estudios Mediterráneos de Retimno (Creta), desde donde, en palabras de Palma Martínez-Burgos, «se ha hecho una labor de investigación impresionante y no muy difundida en España». Natural de Salónica y formado en las universidades alemanas de Berlín, Freiberg y Munich, además de en París, Nicos Hadjinicolaou ha sido correa de transmisión entre los grandes historiadores del arte de la primera mitad del siglo XX, como Pierre Francastel, y los nuevos tiempos. Historia del arte y lucha de clases (París, 1973) es su obra más conocida, pero ha dedicado diferentes trabajos al Greco, sobre todo a partir de 1990, cuando se cumplió el 450 aniversario del nacimiento del pintor.

Lionello Puppi

[1931-]

Profesor emérito de la Universidad Cà Foscari de Venecia, a la que se trasladó tras dirigir los estudios artísticos de la Universidad de Padua, Lionello Puppi destaca por sus trabajos sobre los artistas del norte de Italia, desde Andrea Palladio hasta Jacopo Tintoretto. Especialista en elestudio del Renacimiento veneciano, está considerado una autoridad internacional en Tiziano e, indirectamente, en la estancia del Greco en Italia antes de su llegada a Toledo.