Comienzan las esperadas obras de acerado en Boladiez

J. Monroy | TOLEDO
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El Tajo ve la actuación muy necesaria, pero se lamenta de que no se obligara a la obra responsable de muchos desperfectos a dejar a la calle en condiciones

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Fue el pasado viernes, cuando los vecinos del final de la avenida de Boladiez hacia Ocaña vieron el inicio a la respuesta a la gran reivindicación de sus últimos años. Dos operarios de la empresa Gyocivil habían comenzado a levantar las baldosas del suelo para la anunciada recuperación «de la peor zona del Polígono», como se la llegó a denominar en Junta de Distrito.

En el mes de enero, el anterior equipo de Gobierno anunció a los vecinos que arreglaría el espacio peatonal paralelo a Ventalomar que existe entre el final de Boladiez y Alberche con una partida de ochenta mil euros de los excedentes de tesorería de 2014. El lugar, muy cercano a las antiguas Cuarenta y Ocho Viviendas Sociales, acumula años de desperfectos y falta de mantenimiento. A todo ello se une una obra particular que comenzó allí la construcción de viviendas y paró en seco, dejando un enorme agujero. Los efectos de la obra hicieron desaparecer parte del acerado, que quedó casi como zona de guerra. A todo ello, hay que añadir la falta de iluminación nocturna en el amplio entorno.

Diez meses después, las obras se han iniciado. La Asociación de Vecinos El Tajo se felicitaba ayer porque «evidentemente era más que necesaria, porque se había producido un deterioro importantísimo». Sin embargo, Víctor Villén, portavoz vecinal, se lamenta de que sea el Ayuntamiento quien a la postre asuma la inversión, cuando los destrozos son culpa de la obra de un particular «que tendría que haber recompuesto aquello». No estaría de más, advierte, que también se actúe sobre el agujero que ha quedado en aquella obra. En su día no estaba vallada, y los niños se metían a jugar. La verja se ha repuesto, pero los niños utilizan palés en forma de escalera para entrar y salir «y allí no pueda pasar nada bueno».

La Asociación de Vecinos quiere plantear al Ayuntamiento que obligue a los propietarios de todas las parcelas a tenerlas valladas y acondicionadas.

Otras obras polémicas. El Tajo lleva tiempo esperando una reunión con la concejal de Obras, Noelia de la Cruz, para exponerle varias cuestiones sobre otras y accesibilidad en el Polígono. Los vecinos, por ejemplo, quieren explicaciones sobre una obra que a su juicio no se está ejecutando como debiera, el acerado junto al convento de las Oblatas.

El Tajo ha propuesto crear en ese entorno una calle peatonal y pidieron en su día explicar una visita a la zona con los responsables municipales. Pero el Ayuntamiento ha comenzado la obra, y los vecinos no tienen muy claro lo que está haciendo, «porque no se corresponde con calle peatonal, ni acerado, ni a nada, es una cosa muy rara», concluye Villén.