Medicina para los dolores

J. Mario Loeches
-

A pesar del dominio, al CD Toledo le costó abrir la lata frente a un Ebro bien ordenado y concentrado. Roberto y Esparza anotaron en la segunda parte y el cuadro verde ya está en 'play off'

El CD Toledo ya está en ‘play off’ con su quinta victoria en el bolsillo. Una de las que más le ha costado de las cinco y la que probablemente se ha conseguido con menos brillo. Pero el cuadro de Onésimo Sánchez tiene el botiquín lleno de medicinas y el día que el contrario le da dolor de cabeza tiene con qué contrarrestarlo y hacerlo desaparecer. Se llama pegada. Un factor fundamental en esta categoría tan igualada en la que jugar bien no siempre es sinónimo de triunfo. Y si no que se lo digan al CD Ebro, que con su potencia física, su orden defensivo y una gran capacidad para salir al contragolpe se volvió contento para Zaragoza porque mantuvo a los verdes a cero hasta el minuto 56 y con el miedo en el cuerpo por el corto 2-1.

Cuando no fluyeron las ideas con el balón en los pies y los acercamientos no eran del todo claros como para convertirlos, apareció Roberto en forma de aspirina para controlar la pelota, quebrar a la defensa con su movimiento y marcar el primero con un sutil toque de delantero de superior categoría. Pues eso, lo que tiene este Toledo, calidad para definir encuentros.

Habrá quien eche de menos a De Lerma. Faltaría más. Onésimo no se volvió loco y les pidió a Barranco y a Pepe Aicart que compartieran el rol que tiene su compañero en el equipo. Para las bandas, eligió como últimamente a un extremo más puro, Txomin Barcina, y a otro con mayor capacidad para meterse por dentro y apoyar a la medular, Pablo González. No se vio la salida fulgurante de partidos anteriores en el Salto del Caballo, pero en buena medida fue porque el cuadro aragonés dificultó el tránsito habitual de pases, gracias a una excelente colocación y una elevada concentración.

El balón se movió de un lado para otro sin peligro y hasta el minuto 19 no se registró la primera ocasión de gol. Salió Txomin por su banda tras fintar a un par de rivales y le dio pelota a Esnáider por el centro. El hispano-argentino decidió probar los reflejos de Loscos, que en ese momento estaban todavía intactos. Fue el único tiro a puerta del CD Toledo en toda la primera parte. Hubo muchos acercamientos, aunque sin coger portería. Barranco disparó con la zurda tras un saque de esquina. Lo mismo que hizo Álex Cruz. Y a balón parado, Roberto entró directo a rematar una falta al segundo palo, pero un contrario le quitó esta posibilidad. Y así hasta que se consumieron los 45 minutos, aunque no hay que olvidar que el Ebro tuvo la suya en el minuto 41 en un contragolpe que Zabal taponó ante Carralero. No hicieron más los arlequinados, bien atrás pero espesos en ataque a pesar de exhibir su velocidad a la contra.

Siguió el dominio verde. El segundo acto no cambió nada. Todo siguió por los mismos derroteros cuando Expósito se metió en el área después de no encontrar camino viable por la derecha y cerder la pelota a Pablo González, quien con la izquierda no se pensó mucho el disparo. De nuevo estaba Loscos para impedirlo. Las sienes ya estaban apretando demasiado y se olían los problemas para abrir la lata. Ni siquiera una acción de Barranco de nuevo, en otra pelota pasada, y una jugada ensayada que Mikel le metió a Txomin para que se quedara solo ante el portero resultaron argumentos suficientes para estar por delante.

Así que alguien tenía que echar mano al botiquín. Era el momento. Parecía que el fútbol se acababa en sus botas desde hacía tiempo. No estaba demasiado afortunado tras el descanso, y eso que en la primera mitad había propiciado varias jugadas para los compañeros, pero ni con 35 años huye la calidad. La edad la macera. El balón venía ya maduro desde el costado derecho, Roberto lo rebañó y le dio con la puntera sin demasiada fuerza, lo justo para evitar la salida de Loscos y poner el 1-0 en el marcador.

El panorama era otro. Ya se podía mirar al banquillo sin recelo y pensar que era el partido de dar minutos a Rubén Sánchez y de utilizar las ganas de Jokin Esparza de ser titular. Onésimo metió al navarro para sacar a Txomin Barcina, que se marcó otro partido notable pero con lo justo de combustible. No había sucedido apenas nada y a los diez minutos de estar en el campo, se metió por dentro desde el lado izquierda y como nadie salió a su encuentro, metió un zapatazo al balón y marcó el segundo ayudado por un zaguero visitante cuyo toque descolocó al portero. Con un cuarto de hora por delante, muy mal se tenía que dar para dejar escapar la quinta consecutiva. El CD Toledo se empeñó en dar emoción al final del partido  concediendo otro tanto por un fallo propio. Le dejaron entrar a Carralero en una acción mal defendida y el ‘11’ zaragozano burló la salida de Zabal, quien no pudo arreglar el desaguisado.

El Ebro le puso empuje porque sacó a sus jugadores más creativos y sí que tuvo acercamientos, la mayoría por un juego directo que ya no descolocó más a los centrales, atentos durante los 90 minutos. Mikel y Echaide encontraron siempre soluciones para cerrar el encuentro. Toca pensar en la sexta, sin obsesiones, en un campo que se le da bien a los verdes, el Cerro del Espino. Hay que hacer acopio de víveres para cuando venga la tempestad.