El Toledo se traiciona

J. Mario Loeches
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Tras una primera parte controlada y con alguna ocasión, el cuadro verde se rindió ante un Fuenlabrada mejor. La lesión de Sorribas resultó decisiva

Hay equipos a los que les cuesta menos sacar puntos cuando no son ellos. El CD Toledo no está dentro de ese grupo. Visto lo visto ayer en Fuenlabrada, el conjunto de Josip Visnjic necesita no traicionarse a sí mismo y ser fiel a su estilo para salir con premio de los campos, incluido el Salto del Caballo. Nada de lo visto en las últimas semanas fue reconocible en el estadio Fernando Torres, sólo una primera parte levemente controlada por ellos y con alguna ocasión clara para adelantarse en el marcador. La inercia esta vez les llevó a una segunda más floja, muy por debajo del contrario, y con fallos de fatales consecuencias para el resultado.

Es uno de los pocos de arriba que ha pinchado esta jornada y eso repercute en que los verdes ya no están en posiciones de ‘play off’ de ascenso, pero el Jueves Santo hay un partido para resarcirse e ir metiendo presión a los demás. Si se gana, claro, porque si se pierde, tocará hacer penitencia y rezar para que las opciones sigan intactas en las jornadas que quedarán por delante.

De todos modos, conviene apuntar de primeras que el once inicial fue el esperado. Sin Manolo (no convenía arriesgar) y con Rufino (con sus facultades mermadas por enfermedad). El serbio acertó al 50 por ciento porque Luisma suplió sin problemas al andaluz, con un buen trabajo en los palos, pero no con el delantero, que se debió quedar en el banquillo para contar con un efectivo más entero. Aún así, Rufino tuvo una ocasión pasada la media hora que pudo cambiar el panorama.

Pero es momento de contar que el inicio del CD Toledo fue notable. Bien plantado y sin dejar cómodo al titular del campo. Además, tuvo la brillante idea de finalizar las jugadas siempre que podía, impidiendo así los contragolpes mortales del Fuenlabrada. Megías tiró desde lejos a la derecha de Ismael en el minuto 6 para avisar, y después fueron los locales los que llevaron peligro con un centro lateral que no sorprendió a Luisma.

La calidad de la plantilla fuenlabreña es innegable, con velocidad incluida en las bandas. Molino y Dani Ponce desafieron a Garcés y Tomás Girón y, por ejemplo, el segundo logró llegar hasta la línea de fondo y meter un pase atrás que no halló un disparo certero. El partido se estaba equilibrando, pero con la sensación de que era el Toledo el equipo que quería mandar, abanderado por Barranco. El juego del mediocentro no tuvo continuidad porque faltó hacer las cosas bien con el balón en los pies y se echó en falta más juego con Eneko, que siempre abre una vía para llegar a la portería contraria, y más velocidad en los últimos metros cuando el estilo era más directo.

Todo esto aderezado con el regreso de Julen Colinas, que no paró de buscar las cosquillas a los rivales con sus ya tradicionales triquiñuelas. No se libró ni San José, compañero el año pasado con la camiseta verde, que se fue al descanso con amarilla, como Tello. El partido empezó a volverse de bostezo fácil, aunque alguna jugada rompió el de los espectadores. Sirvió un tiro lejano de Garcés al ver adelantado a Ismael que el portero atrapó sin problemas o una parada a bocajarro de Luisma tras una excelente jugada de Dani Ponce por el lado derecho. En cualquier caso, el hombre que sí rozó de verdad el gol fue Rufino pasada la media hora de partido. Quebró a Fa e intentó ajustar al palo izquierdo del guardameta, sin conseguir que tocase las mallas.

Un poco después, el peligro apareció por el centro, en una internada de Barranco cuya pared con Eneko le metió de lleno en el área hasta que San José se metió por medio. Sin embargo, el choque cambió cuando Sorribas se llevó la mano a la parte posterior del muslo faltando unos cinco minutos para el descanso. Acabó tirado el suelo para ser sustituido por Pepe Aicart. El CD Toledo perdió el pilar sobre el  que estaba cimentado el resto de la plantilla. Al Fuenlabrada ya no le quedó tiempo para demostrarlo, pues Toño Vázquez se quedó a un paso de rematar una falta lateral con bastante intención.

En la segunda parte sí que quedó bastante claro un desmoronamiento notable desde el primer minuto. Perdido el sitio, la escuadra de Visnjic tiró por la borda las posibilidades de sacar el partido adelante. El primer aviso lo dio Javi Barral y luego Matas estrelló la pelota en el palo tras disparar escorado a la izquierda de Luisma. El génesis de esta acción estuvo en el talón de Aquiles de estos segundos 45 minutos, el juego a la espalda de los pivotes, donde el Fuenlabrada labró el triunfo e hizo especialmente daño.

De todos modos, el CD Toledo tiene muchos más argumentos para ganar los partidos y en uno de sus ataques, un centro de Tomás Girón se topó con la mano de Fa en un salto desorganizado del africano. El árbitro no lo vio o interpretó que era involuntaria, el caso es que el encuentro siguió su curso sin más. La desconexión del Toledo fue definitiva, como pensando que el único camino posible a los tres puntos era ese posible penalti que acarreaba una expulsión.

Ya en el minuto 53, Dani sembró el gol con una falta que rozó en la barrera y se marchó a córner. Borja Pérez prefirió no imitarle y la clavó a la izquierda de Luisma abriendo la veda de ocasiones madrileñas. Matas no quiso ir al suelo ante el portero y éste le quitó el segundo gol y luego Molino, llegando desde la izquierda, sí que la coló en las redes ante el desconcierto defensivo. Con Iván Sales en el campo el Toledo hizo un amago de buscar agua en el desierto, pero sacó la bandera blanca cuando Aicart fue expulsado. No había nada que hacer y salir sin más bajas para el siguiente partido y evitar el tercero de Borja Pérez, que puso el esférico en el larguero, fueron los motivos que movieron a los verdes a aceptar la segunda derrota de la segunda vuelta.