La portavoz del Gobierno municipal, María Rodríguez, y el concejal de Medio Ambiente, Florencio Gutiérrez, salieron ayer al paso del revuelo que se ha formado en las últimas fechas en las redes sociales tras la tala de 12 árboles de la Portiña de San Miguel mientras se llevan a cabo en dicha zona las obras de remodelación encuadradas dentro del Plan Urban. «Estos árboles suponían un peligro inminente para los ciudadanos y no nos va a temblar nunca el pulso a la hora de evitar un peligro a la ciudadanía», aseveró Gutiérrez.
El problema radica en que las raíces de estas 12 Melias no tenían la profundidad suficiente para dar la estabilidad suficiente que necesita una variedad de tal envergadura. Y es que, en vez de desarrollarse hacia el interior de la tierra, las raíces lo habían hecho a lo ancho. «Al levantar el césped y el asfalto, los árboles se caían solos y se trataba de un peligro real y contundente», indicó el responsable de Medio Ambiente.
Por su parte María Rodríguez incidió en que el Ayuntamiento apostó desde el principio por la conservación de las zonas verdes. «El proyecto original no quitaba ni un solo árbol sino que los conservaba y añadía otras 25 unidades además de arbustos y plantas aromáticas en al paseo. Nuestra obsesión siempre ha sido crear zonas de sombra y un pulmón verde dentro de la ciudad», explicó. Sin embargo durante estas obras surgió un problema con los árboles que finalmente no se ha podido subsanar y ha acabado con la tala de estas 12 Melias de algo más de 30 años de edad.
Desde el Ayuntamiento talaverano la última opción siempre fue podar estos árboles, sin embargo, los informes recibidos tanto por la empresa encargada de llevar a cabo la obra en la Portiña de San Miguel, así como los técnicos municipales, la Policía Local y UTE Jardines Talavera provocaron un cambio en la decisión final. «Cuando vi el problema me asusté. Si no hubiésemos actuado habría sucedido algún incidente», señaló Florencio Gutiérrez.
Después de preguntar a un amplio abanico de expertos en la materia y tras consultar un buen número de informes entre el día 31 de marzo y el 1 de abril, la decisión final del Ayuntamiento fue la retirada de esos árboles para su sustitución. «Esta decisión siempre ha ido encaminada a garantizar la seguridad de los viandantes y evitar males mayores. La zona va a tener un aspecto de pulmón verde mucho mayor que el que tenía en la actualidad», insistió la portavoz.
María Rodríguez apuntó que «gracias a estas obras» se ha evitado un accidente que podría haberse convertido en una tragedia tanto para los peatones como para los conductores que circulan habitualmente por esta zona.
Sustituciones. El responsable de Medio Ambiente explicó que las 12 Melias que han sido taladas por su mal estado serán sustituidas por Tilos Cordata que «es un árbol de gran porte que da mucha sombra y es muy limpio porque al llegar el otoño tira toda la hoja a la vez». Para evitar que se puedan producir incidentes se plantarán estos árboles a mayor profundidad para que las raíces no suban a la superficie. Además de esta variedad de árboles también se van a plantar 25 Plunos de hoja rojiza.
Florencio Gutiérrez, que informó tras la rueda de prensa en la Junta Local de Medio Ambiente de las actuaciones llevadas a cabo sobre este tema que ha levantado tanto revuelo en las últimas fechas en las redes sociales, incidió en que los árboles talados «no tenían buena salud». Además de ser unos ejemplares que no admitían bien la poda al no brotar con alegría las ramas como sucede en otras muchas variedades, la Oficina de Atención al Ciudadano ya había recibido «muchas quejas porque esos árboles tiran frutos duros y los ciudadanos se quejaban para que cambiásemos esos árboles porque los niños y las personas mayores resbalaban con los frutos y muchas veces se caían».