Unas llamadas traicioneras

J. M. F. (spc)
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Los investigadores del caso de presunta extorsión de Ausbanc y Manos Limpias lograron reveladoras declaraciones gracias a 'pinchazos' telefónicos • Luis Pineda parece ser el 'cerebro'

Parece que las escuchas, popularmente llamadas pinchazos, están más de moda que nunca. El último show lo protagonizan el presidente de Manos Limpias, Miguel Bernad, y el de Ausbanc, Luis Pineda, que, presuntamente, extorsionaban a políticos, empresarios, banqueros... e incluso a la Infanta Cristina. Ahora han trascendido conversaciones con abogados, periodistas e incluso personas anónimas que tendrían su protagonismo en este entramado. 
Seguro que en los próximos días trascenderán muchas más, pero algunas de las ya conocidas tienen su peso en oro, como la del pasado 14 de abril, la víspera del encarcelamiento de los cabecillas de esta presunta trama mafiosa de extorsión. Pineda es el que más aparece, lo cual denota que podría ser el cerebro. En ellas, tranquilizó a su mujer sobre el asunto desde Sevilla, donde disfrutó, al igual que otro ilustre reo -Mario Conde- de la Feria de Abril. Nada más llegar en el AVE a Madrid, telefoneó a uno de sus hijos para pedirle que se duchara, vistiera y saliera de casa porque igual llegaban «algunas personas». Era la Policía... 
Mientras, Bernad tuvo que descolgar el móvil hasta 10 veces -la primera a las ocho de la mañana con una abogada de su colectivo- ese día. Uno de los comentarios que dejó caer fue: «Es de risa». 
También charló con un tal Sebas que le ofrece lo que «necesite» para poner una querella por lo del chantaje de tres millones por retirar la acusación a la Infanta en el caso Nóos. «Fue una persona que se puso en contacto conmigo a través de un conocido mío y lo mandé a tomar por culo. Es increíble la manipulación», diría a los medios cuando se reveló este diálogo. Como otra con una desconocida Mila. Pasó al contraataque el bilbaíno, diciendo que un agente de Hacienda le dijo -de viva voz, sin grabadora- que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quería cargarse el sindicato. 
Ya al mediodía, le llamó la abogada Virginia López Negrete, que ese día estaba precisamente en una sesión del juicio de Nóos en Palma de Mallorca. 
V:¿Qué está pasando?
M.B: Vicky, ¿cómo te extrañas?
V: No, no me extraño.
M.B: Sabíamos que las cloacas del Estado.
V: Escucha Miguel, no me extraño de eso, de lo que me extraño es de... Luis, de Ausbanc. ¿Este tío no te la habrá jugado por detrás?
M.B: Hay una investigación a Ausbanc pero no tiene nada que ver con Manos Limpias, y como el Pisuerga pasa por Valladolid, los han relacionado. Él tendrá que responder de... si lo ha hecho, que ha debido hacer, pero bueno, yo eso... Tú sabes, aquí únicamente lo que te comenté de aquel tío.
V: Te digo que yo sacaría eso, Miguel, porque a mí no me han venido directamente, sino lo sacaba.
M.B. Sí, lo del famoso conde.
V: Sí, del Mondéjar. Cuéntalo. 
Del misterioso aristócrata, Bernad no ha dicho nada a los investigadores, que escarbaron en su charla con otro abogado, José María Mas, al que le dijo:«El que metió la esta... y vino ofreciendo fue Miguel Roca, que lo jodió todo y vienen ahora a decirme que yo he ido allí a pedir esto, vamos, es el colmo».
La última conversación del día es de nuevo con Negrete, quien le recomienda que deje las cosas bien atadas por si le detienen para que nadie controle Manos Limpias y ordene retirarse de Nóos: «Venga, dale vueltas ¿vale?», se despide la abogada a las 10 de la noche. Poco después, es arrestado en su casa.
Más cauto fue ese día Pineda, que, al parecer, fue avisado por un directivo de Unicaja. Eso sí, un tal Carlos le deja este mensaje:«Los que sabemos lo que te ha costado llegar donde estás y la mierda de coche que tenías, estamos contigo».
 
Minuto de gloria.
No obstante, el número uno de Ausbanc fue cazado mucho más que su compañero de presuntas fechorías, lo que denota que pudo ser el cerebro de toda la trama. Así, el pasado 7 de enero, telefoneó a su jefe de comunicación y periodista freelance, Javier Castro-Villacañas, para decir sobre Negrete:«No se puede dejar a esta tonta ese minuto de gloria, coño. Hay que anularla, además, de vez en cuando hasta humillarla un poco». 
En otra charla, el segundo de Pineda le dice a su esposa:«Luis hace muchas marranadas». Una de las últimas conocidas se extrae de una charla, revelada hace días, con el concejal madrileño del PSOE Antonio Miguel Carmona. Ahí queda constancia que se querían cargar a la responsable de Cultura y «titiritera» Celia Mayer. Al acabar la conversación, el tertuliano, que se quejó de la falta de apoyo de sus compañeros en el Consistorio, le dijo a su interlocutor que le quería mucho. Es en ese momento cuando uno se acuerda de otra grabación, la del «amiguito del alma» del expresidente valenciano Francisco Camps a Álvaro Pérez El bigotes, de la Gürtel.