«Pienso que los escultores estamos acostumbrados a tener malos momentos. Siempre habrá espacio para una pintura, pero no todo el mundo es capaz de abrir los brazos a una escultura -que requiere de su propio espacio, del aire que necesita para respirar-, sobre todo cuando hablamos de una representación abstracta». Son palabras del escultor Manuel Fuentes, que ha fallecido tras una larga enfermedad