Sinopsis oficial
“Kingsman: Servicio secreto”, presentó al mundo a Kingsman, una agencia de inteligencia internacional e independiente que trabaja con la máxima discreción, y cuyo objetivo final es mantener el mundo seguro. En “Kingsman: El círculo de oro”, nuestros héroes se enfrentan a un nuevo reto. Cuando su cuartel general es destruido y el mundo está en peligro, sus andanzas les llevan al descubrimiento de una organización de espionaje aliada en EE.UU. llamada Statesman, cuyo origen se remonta a la fecha en que ambas fueron fundadas. En una nueva aventura que pone a prueba la fuerza y el ingenio de sus agentes hasta el último extremo, ambas organizaciones secretas de élite aúnan sus esfuerzos para derrotar a un implacable enemigo común, con el fin de salvar al mundo, algo que está convirtiéndose en una especie de hábito para Eggsy…
La crítica -
Por J.M.S.
Para los que no hayan visto la película anterior podemos adelantarles que los Kingsman son unos espías tan elegantes como peligrosos que actúan muy discretamente. Si en la primera entrega conocíamos el fichaje para este Servicio Secreto de un barriobajero muchacho llamado Eggsy, en ésta ya le vemos convertido en un auténtico “gentleman”, nada raro si tenemos en cuenta que la tapadera de su sede de operaciones es una distinguida sastrería situada en el centro de Londres. Siempre objetivo de los malvados, cuando la mayoria de los miembros de Gran Bretaña son aniquilados nuestro joven héroe se verá obligado a pedir ayuda, y viajar a América, para conocer a sus desconocidos colegas estadounidenses, contando siempre con el leal agente Merlín. El enemigo letal de todos ellos es una organización criminal denominada Círculo de oro, capitaneada por una auténtica psicópata llamada Poppy.
Se aprecia que el director Matthew Vaughn ha cuidado hasta el mínimo detalle en esta nueva apuesta . Además de un guión bien cerrado y trepidante, los nuevos personajes incorporados poseen mucho “gancho”; destaca especialmente el papel de villana que interpreta con una gracia sobresaliente la actriz Julianne Moore, mientras que los Kingsman americanos tienen los rostros de Channing Tatum, Halle Berry o Jeff Bridges, sin olvidar al chileno Pedro Pascal.
Especialmente bien filmadas están las escenas de acción, merece la pena que lleguen puntuales al cine para ver una curiosa persecución, nada más comenzar la película, mientras que las peleas son pura coreografía. No obstante, el germen de comic de estas entregas se nota fundamentalmente en las secuencias, casi de “cartoon”, que se desarrollan en la nostálgica recreación de una hamburguesería donde hace de las suyas la temible Poppy. Con más humor que la original, en este apartado cabe mencionar la presencia en el reparto del mismísimo cantante británico Elton John, que se autoparodia y provoca alguna que otra carcajada.
Mantiene bastante bien el ritmo narrativo, pero no hubiera pasado nada porque la película tuviera un metraje inferior (dura alrededor de 140 minutos) y porque no repitiera un defecto de la original: algún momento zafio, poco apropiado para su público natural que es el juvenil.
En resumen, esta secuela resulta tan entretenida como la película original